Por: Leticia Maldonado
1er semestre, Ciencias de la Comunicación
Así como lo leen, compañeros. Ahora sucederá que cuando circulemos por la avenida Coyoacán, en la colonia Del Valle, nos toparemos con esta curiosidad acartonada en su lateral. Va de Concepción Béistegui a Miguel Laurent.
Esto no es nada más y nada menos que una exposición fotográfica llamada "Rodar y rodar, equilibrio urbano" que inaguraron la Secretaría del Medio ambiente y la organización "Muévete por tu ciudad, te pone a rodar" con el sencillo objetivo de fomentar el uso de la bicicleta (como si no tuviéramos suficiente "motivación" con las obras del metrobús); buscan demostrar que es un medio de transporte mucho más eficaz, además de promover el respeto a los demás usuarios de la vía pública.
Fue inaugurada apenas el 16 de noviembre y, por lo que parece, permanecerá ahí por un tiempo. Consta de cien fotografías a color, tamaño natural y a doble cara de mexicanos y daneses que se transportan en bicicletas.
Dentro de las cien, nos podemos encontrar de todos los tipos: a una chica deportista, al señor del agua que transporta los garrafones, al buen panadero con su canasta de delicias de harina, a una pareja con su hij@ en una carreola improvisada y hasta una chica que descansa cómodamente en una especie de canasto, mientras su amiga hace ejercicio.
La idea es buena, original e incluso graciosa. No obstante, eso no es suficiente para motivar a las personas para que cambiemos de medio transportista; por desgracia, nuestra sociedad está acostumbrada a no caminar demasiado. Por lo general, preferimos el coche a nuestras piernas y eso se debe a la comodidad que esto originó en su tiempo; de que hay familias que optan por caminar o a usar menos el auto, las hay, pero no son todas.
Esto ya depende de cada uno de nosotros: si no sabes andar en bicicleta, aprendes; si no tienes ni siquiera un "scooter", te esfuerzas por caminar y disfrutarlo en lugar de quejarte durante todo el camino; si es imposible usar el coche cuando el tránsito está tan pesado, buscas cualquier manera de transportarte.
No hay camino sin salida, es cuestión de que fortalezcamos nuestra fuerza de voluntad para soltar el volante y tomar el manubrio.
